Musicalicé una escena de la película Gladiador (Ridley Scott - Hans Zimmer) que no tenía música aún a modo de práctica.
La escena consiste básicamente en un combate, donde al final se observa la aparición del Emperador romano, algo taciturno y arrepentido. Esa era la idea principal para musicalizar este momento: la épica de la batalla y la melancolía final del emperador. Por eso se decidió utilizar percusión y bronces durante la mayor parte de la escena y en el final unas cuerdas sutiles que dieran cuenta de la tensión que se iba generando hacia el final por medio del rostro del arrepentimiento del Emperador.