lunes, 29 de octubre de 2012

Prejuicio



Refrescas la cabeza
y te ves pálido en el espejo.

Mientes cada vez que te ves
y quisieras dibujar una realidad adversa
a esta forma rara de verte.

Mas aún quisieras solapar el prejuicio,
amoldar el sentir,
endurecer la mirada
y caminar con la cabeza erguida.

Te preocupan esos ojos altaneros,
que por doquier te seducen
y te sesgan,
quisieras volar lejos de aquí,
ser feliz.

Sin embargo,
no ves que las cosas han cambiado,
el mar ya no devuelve la bruma
el viento adormece las hojas.

Tus manos tiemblan,
tu pulso llora
y somos el mismo.

Solamente resta ver el día
pasar la noche solitaria /ileso.

G.-