jueves, 30 de septiembre de 2010

Latinoamérica

Te golpean
¡Oh querida hermana, querida madre!,
esas espurias almas te atacan por doquier,
no te tienen compasión ni amor alguno.

Ellos no han sufrido
lo que tu fláccido cuerpo resistió
y no han probado nunca
darte amor,
sentirte redención
y hacer honor a tu sagrada geografía.

Mas convertirte en nada
y matarte por la espalda,
clavándote un puñal en el pecho
y ver esos papelillos color verde inglés,
observar tu mente que permanece indemne.

Ver ese rostro desquebrajado,
arruinado,
vituperado y maniatado,
como si ni un espasmo alcanzara para descubrir
esa mirada tenue,
profunda,
virgen,
esa mirada que ve y no sabe qué es lo que ve
porque no sabe, no comprende, no entiende
si lo que ve,
Es.

Y ella permanece inmóvil ante tanto desastre
que no fue culpa suya, ni mía, ni tuya,
acaso ¿qué es la culpa?
¿es un flagrante amanecer de reminiscencias?
¿o es acaso un espurio intento de nada?

Sentirte toscamente rellena por dentro,
y sentir el fuego abrasador que emana de tu pasión
de tus ojos de cristal transparente inocuo-incandescente.

Poder reescribirte y predecirte,
poder sentirte nuestra, y más allá de tu despojo
tu advenimiento ineludible hacia nosotros,
Latinoamérica.



NUNCA MÁS.
Pero saber que nosotros estamos
y nos paramos-amparamos-demostramos-hartazgo,
sentir esos papeles cayendo desde el cielo
¡Como si fuese dinero!
Incinerar esos papeles, compañeros, que no han traído más que hastío y desenfreno a estas tierras. Nos han exiliado de nuestro lugar. Hechémoslos al mar, hagamos triunfar a la solidaridad, la bondad, el amor, la alegría, el compañerismo, el SOCIALISMO.


G.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario